Entendemos por cultura corporativa a todas aquellas rutinas normas y comportamientos no escritos seguidos por la mayoría de personas que componen una organización. Estas determinan la forma de trabajar, de relacionarse y los resultados, de forma muy significativa.
Lo dijo Peter Drucker muy claramente “Culture eats strategy for breakfast” , esta metáfora “la cultura se come a la estrategia para el desayuno” deja claro el hecho que, por mucho que revisemos y perfeccionemos las estrategias de negocio si la cultura no está alineada, éstas fracasaran. Por ello para cualquier líder que persigue el éxito, entender y gestionar la cultura de la organización debería ser siempre una prioridad.
En el Instituto de Inteligencia Emocional somos un aliado de la organización para guiarla en la generación y mantenimiento de una cultura sana que propicie un entorno de trabajo feliz y eficaz.
El proceso empieza siempre realizando un diagnóstico de la cultura del equipo de dirección porque es el que determina e influye en la cultura de toda la organización. Guiamos al equipo a acordar una forma de trabajo conjunta y a consensuar sus valores. Crear una visión compartida y motivadora. A partir de aquí toca crear y alinear con las estrategias de implementación. Mientras seguimos el proceso bajando a los distintos niveles de la organización, observamos al equipo, vemos cómo trabajan juntos y facilitamos y modelamos nuevas formas innovadoras de colaboración y facilitación, que permitan mayor agilidad en la gestión de conflictos por ejemplo, en la toma de decisiones, reuniones efectivas, etc…
Es muy interesante detectar los valores reales de la organización, aquellos que guían los comportamientos de managers y equipos en la realidad de cada día, por mucho que en la pared haya carteles con el valor de la transparencia por ejemplo, si luego hay una diferencia y en lugar de hablarlo abiertamente lo comentamos en puerta cerrada o en la cafetería por ejemplo, no estamos viviendo realmente ese valor. Son cada una de las personas de la organización con su comportamiento, y lo que es aceptado, reconocido o castigado, lo que determina los valores, no los carteles corporativos.
En muchas organizaciones la cultura corporativa se percibe como algo muy teórico, en cambio nosotros lo aplicamos y lo reducimos a los detalles prácticos del día a día que impactan directamente en los resultados del equipo y en la felicidad de cada una de las personas que lo componen.
Hemos trabajado con empresas muy profesionalizadas en general, nos encontramos con gente muy profesional y cualificada, grandes profesionales que les sucede algo por lo que todos hemos pasado alguna vez: pensamos que tenemos siempre la razón y no somos capaces de gestionar de forma profesional cuando se da una situación con diferentes opiniones. Lo más habitual, trabajando con equipos, son conflictos, tensiones ocultas no resueltas entre sus miembros de las cuales no se tratan en las reuniones.
Debemos aprender a gestionar el conflicto de forma creativa. El conflicto está siempre presente en la organización, es natural y necesario y podemos generar muchísimo valor si lo sabemos gestionar de forma sana. ¿Sabes cuánto tiempo y dinero se pierde con cada conflicto no resuelto? Es increíble el desgaste de energía y recursos que genera.
También es muy habitual encontrar equipos buenísimos con reuniones muy mal llevadas, una situación fácil de resolver con una única sesión de 4 u 8 horas con el que el equipo puede mejorar de forma drástica. También hay mucha necesidad de aprender a dar un buen feedback, algo indispensable si queremos mejorar. Os proponemos poner al CEO en la silla caliente para que el equipo le dé feedback, sin duda, este el ejercicio bien llevado por facilitadores expertos, es preferido de nuestros clientes y el que los CEO’s valientes y con ganas de mejorar, encuentran más útil.
Y tu ¿crees que los valores que tiene compañía son los que realmente se están viviendo en vuestro día a día?