Todos los días interactúo con tantos profesionales súper preparados: CEOs y equipos ejecutivos que trabajan en la 1ª liga de empresas de todo el mundo y de diferentes sectores: alta tecnología, farmacéuticas, alimentación, etc. Empresas completamente innovadoras, que están a la última en todas las tendencias y que cuentan con un talento altamente calificado: personas que tienen 2 o 3 carreras, masters y doctorados. Estos profesionales aportan muchísimo valor, claro; pero siempre y cuando, colaboren bien entre ellos.
Por esta razón opino que hoy el talento ya no es el factor diferencial, lo que hace la diferencia es que los buenos profesionales aprendan a trabajar de forma colaborativa. Gestionando los egos, sabiendo gestionar sus conflictos de forma constructiva, creativa y sin rivalidades personales.
Todos hemos visto al mejor jugador del mundo Messi perdiendo partidos de forma escandalosa… Messi brilla cuando está en un equipo que funciona, ¡esta es la clave!
Y aquí llegamos al centro de la cuestión, ¿qué necesitamos para que un equipo colabore?
Para mí existen dos elementos básicos:
1. Un buen liderazgo:
El talento quiere un liderazgo de talento: quiere ser liderado por los mejores, quiere aprender y necesita también que le sepan guiar, entendiendo que los conocimientos cognitivos no lo son todo y que la habilidad de colaborar es clave para que el resultado global sea satisfactorio. Para gestionar a grandes profesionales se requiere a grandes líderes. Y, volviendo al ejemplo de Messi, seguramente todos nos hemos preguntado ¿qué puede haber pasado para que Messi quisiera irse? Existen razones desde el punto de vista racional seguro, pero hay razones que la razón no entiende. Y esas son precisamente las que más pesan cuando debemos tomar grandes decisiones en nuestra vida. Puedo equivocarme pero mi intuición me dice que quiere estar en un equipo donde el liderazgo sea real, auténtico, sano e ilusionante. ¡Y de eso Pep Guardiola sabe mucho! El talento sigue al líder.
2. Una buena cultura corporativa:
Si la cultura de un equipo está sana y alineada con la estrategia esta se convierte en una ventaja competitiva. Todos conocemos la famosa frase de Peter Drucker -hecha famosa por parte de Mark Fields, Presidente de Ford- “Culture eats strategy for breakfast” Si la cultura y la estrategia están desconectadas estamos poniendo el proyecto en riesgo, pero, ¿le estamos dedicando el tiempo necesario a la cultura? Ahora más que nunca esta puede ser la diferencia entre sobrevivir o morir.
Recomiendo encarecidamente el libro “The Barcelona Way” escrito por el profesor experto en cultura corporativa Damian Hughes en 2018. Es una obra brillante que decodifica las claves de cómo se crea una cultura de equipo y el papel clave del líder que llevó al barça a tantos y tantos éxitos. Próximamente os compartiré un resumen del libro que aporta grandes luces sobre el tema de la cultura de equipos de alto rendimiento, un tema tan hablado pero tan poco practicado.
Estamos en tiempos críticos sí, estamos teletrabajando sí, pero estas no son excusas para dejar de invertir en crear una cultura sana y conseguir que los equipos estratégicos hablen de los temas clave para su colaboración. ¡Nosotros estamos a tope ahora con el desarrollo de equipos en virtual y el feedback está siendo magnífico!
Escrito por Gemma Garcia Godall.
Socia Fundadora y Directora del Instituto de Inteligencia Emocional.
Ph: Mediotiempo.